Amar
Saber llevar
Ese eco
Que nos llama
Parte de
partitura
Encontrada
Allí donde se
cree
Que se acaba
Para volver
A envolver
Tu ser
Cual abrigo
Entre lo más frio
Y encender
Esa llama
Que proclama
Que así
Jamás se acaba
Amar
Saber llevar
Ese eco
Que nos llama
Parte de
partitura
Encontrada
Allí donde se
cree
Que se acaba
Para volver
A envolver
Tu ser
Cual abrigo
Entre lo más frio
Y encender
Esa llama
Que proclama
Que así
Jamás se acaba
El poema se hace tema
El sentido
sentimiento
El espacio lleva
su tiempo
A ser admirado
Y lo mas profundo
Se lleva en el
íntimo
Sin ser tocado
Hasta que vuela
En una pasarela
De luz y cristal
Y nos llega
Adonde suena
Oír y sentir apenas
Sin llegar a
tocar lo que llevas
Por dentro
danzando
En un cantico
entonando
Melodías
Escritas
Biografías vivas
Llegando
Para entrelazar
Poemas y fantasías
Sueños de todos
los días
Para extender sin
tocar
Puentes entre
horizontes
Que crecen en la
noche
Más iluminada
Para ser después
Lugares
marcados
Por
un halo de magia
De
esa escasa
Que
nos contagia
Al
dejarse humedecer
En
su seno
Pleno
De
ese algo que se deja traer
Y
iluminar
Cada
momento interior
Sin
dejar-se notar
Una
alegría entre la nostalgia
Un
abrazo a todo el que pasa
Un
mensaje de esperanza
Que
nos acoge y nos acaricia
Haciendo
nacer sueños
A
plena luz del día
la ermita
llegar, a ese
lugar solitario
pasar el rio y la
avenida
a diário
caminar
por dentro
mil años
llegando
a ningún lugar
singular
reflejando
círculo de
piedras
y arco
y algo que nos va
llamando
piedras de río
arredondadas
para caminar descalzo
entre sol y lugar
seguir en ese estar
por dentro
llegando
fuera al rodear
una y otra vez
y al hacer
palabras
del silencio
una capa
del vibrar
que suspira
en la brisa
y el sol
al sosegar
horizonte
distante
caminante errante
fuera de lugar
Caminando cuando
así yo también
quiero
Sin miedo de no
llegar
Pasar en ritmo
suave
Caminar siendo la
clave
Para volver a
encontrar
Tu tiempo, tu
visón, tu lugar
Si imagino
Entre el suelo y camino
Este regalo
Presente marcado
Que nos ha sido
dado
Para cuidar
Milhares de vozes
Gentes velozes…
Una plaza, una calle, un lugar donde encontrar…
Algo que se sepa
y se halle solo ahí no en otro lugar
Una sorpresa que
nos apresa así sin más al llegar
Una sonrisa sin
prisa, para poderla así llevar
Un momento
sin tiempo
ni lugar,
ese algo, que nace por dentro
Melodía de vida
que se entrelaza
Poesía del día
que nos traspasa
Si la alegría conlleva
Un color una
prueba
A esa suavidad
interior
A ese algo de ser
mayor
Y si encontráramos
Todo lo que
buscábamos
Haí – simple, en una
caja
Para poder volver
a abrir
Y soñar
O cual en una
baraja
Que nos dejara
jugar
A conjugar nuevos
verbos
Y sentirnos contentos
Por volver a
empezar
Obra jamás
completada
Abriendo de par
en par
Así sin más quien
la ama
Cuando alrededor de
la mesa
Se vuelvan los
temas a juntar
La intensidad
espesa
De quien siente y
expresa
Y la suavidad sutil
De esos sus
encantos mil
Componer melodías
Esas de todos los
días
En una sonoridad diversa
De lo que se
siente y piensa
Y dar, abrir los
brazos
Volar por ti
adentro
A través de todo
el bullicio
del sentimiento
Y volver a entrar
En tu templo
Ese que es de
silencio
Y se atreve…
Por momentos
A abrir sus puertas
y divagar
Navegar suave
sereno
Lago amplio y
ameno
Donde ver
reflejadas
Tus simples
palabras
En un nuevo
cantar
Y traerlas
Libres no atadas
Para poder
compartir
sin nada más esperar