domingo, 17 de enero de 2021

El refúgio perdido en la Montaña

 

En ese lugar más marcado

Por el paso del tiempo alejado

De todo el lugar habitado

 

En la luz de la noche más intensa

Esa que en la ventana se refleja

dejando atrás lo que se piensa

Y nos hace mirar más adentro

 

Cortina bordada

A mano cuidada

Vela encendida

En una mesa

que expresa

Ese amor antiguo

De cariño tan familiar

Ese momento exiguo

En el que la vida

Nos vuelve a llamar

al hogar

 

A esa sonrisa discreta

Que hace brillar aún más

La luz en los ojos que refleja

Lo que desde el pecho

nos ha vuelto a llamar

 

Y en ese calor – tan humano

Después de la intemperie y la sombra

El caminante llega cansado

 

Se asombra

Se deja llevar

Y es entrando

En ese momento

en el tiempo dejado

En un lugar

De nombre olvidado

 

Que ese calor tan humano

De Hospitalidad sincera

E Humanidad verdadera

 

el llanto sube a la garganta

Y una lágrima salta

 

Para reflejar

La luz de las estrellas

Tan bellas

Que llevamos al andar

 

Y en la llama de esa vela

Que alumbraba por todos lados

Por ser de amor y cariño encendida

Y renovar-se así día tras día

Con la gente que allí acudía

Entre el rumor del pasar de los años

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