En ese pecho
No más dar
No más recibir
Dos sintonías
Se hacían una al
dejar-se oír, sentir
En lo más
profundo de lo recordado
mensaje que era
en el pecho llevado
Ese brazo
En brazos
amparado
calor que nos
hace
Más cercanos
Esa humanidad
Que se eleva
cual soplo de
calor
y en sí mismo lleva
La hoja más
bonita
En el ocaso del
otoño
Escrita
A través de los parajes
lejanos
Danzando en el
tiempo
Haciendo-nos más
hermanos
Y esa fraterna
humildad
De estar lado a
lado
De caminar
De colaborar
De ser simple y
lozano
En ese dejar-se
llevar
Por el rostro
iluminado
Encendido
De brillo en la
mirada
Reflejado
Donde se
encontraba
Ese ímpetu más
intenso
Esa morada de
verso
Al arrojarse
Pecho en pecho
Y abrazar-se
Cual siendo
derecho
De los que
caminaban
Reconocer-se en
la paz
En la que avanzaban
En la verdad
Que rebosaban
Y en todo lo que transmitían
Cuando ya no se
iba
Lo que en el
pecho vibraba
Esa extraña alegría
Tan sublime y sutil
Que nos encontró
un día
entre
alegrías mil
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