Los colores se mezclaban
Los olores se apagaban
La voz de la brisa
cual una sonrisa
En viento se tornaba
Y la luz del nuevo día
En el ocaso sostenida
Cintilaba
En la luz primera
Que nos iluminaba
Llama de amor
Que se llevaba
por dentro nos rellenaba
Aún en el cielo anclada
Cual barca de plata
Entrenzada
Con el oscuro firmamento
Elevada, en calzadas de ébano
Alzada, en camino de estrellas
Llamada de faro
que nos despertaba
Entre la voz del silencio
Que se siente por dentro
Y nos tocaba
Ese abrazo inmenso
Que desde la línea del horizonte
Aun nos coronaba
Cual capa de invierno
El aliento
De ese algo
Que se inclinaba
Esa areola
de transparencia
nos traspasaba
en murmullos lejanos
Nos llamaba
Aguas de regatos pequeños
Gritos de las mareas en las playas
Y tantos abrazos
De seres amenos
Que en el camino
Se encontraban
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