esa barca de piedra
al lado de la mar dejada
esperando a que se encienda
un día
en la luz de tu mirada
ese calor entre la gente
cual estrella bien amada
que estando en el cielo
en tu seno,
guiaba la barca anclada
entre la luz del sentimiento
entre el calor que llevamos dentro
ese aliento de verdadera humanidad
nuestro fiel sostén en verdad
y algo de ese esperanza
que se sueña
que era de la barca la dueña
para saber capear
entre las holas
que se levantaban
o el calor
cuando no cesaba
caminos de vida
que se encontraban
entre la luz de las estrellas
que también nos guiaban
a donde aún nos encontramos
caminos vivos y también amados
esos extraños destinos
que en los tiempos nuevos
aún caminamos
como peregrinos
como seres humanos
en el día a día
los secretos más difundidos
se llevan de mano en mano
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